lunes, 12 de abril de 2010

¿Le puedo dar un abrazo?

Yo sinceramente desconozco el motivo, o si acaso existe un motivo, por el cual se estén presentando esta serie de sismos en todo el mundo, hace unas horas tembló en España -que según yo es algo raro- con magnitud de 6.3 grados, y ya mejor ni menciono el que ocurrió el pasado 4 de Abril en Mexicali, que se sintió considerablemente, vaya yo diría, MUY considerablemente aquí en Tijuana.

Hoy, después de darme cuenta que no había verduritas pal arrozito rojo que iba a preparar, y la tienda de la esquina no abría, y aunque no son un ingrediente indispensable, no me parecía lo correcto, sería un arroz menos nutritivo y sin vida social. La cosa es que pensé en ir a Soriana, además me hacían falta algunas otras cosas más, y fui.

El mencionado supermercado me queda a unas escasas cuadras, o como se le llame en Tijuana, de el lugar donde habito. A 2 calles de mi destino, iba yo caminando por la banqueta con mi equipo celular en la mano, usando la aplicación de calculadora, realizando algunas operaciones matemáticas para llevar un mejor control de mis finanzas cuando, en ese momento pasaba junto a unas personas que llevaban el mismo rumbo que yo. En lapso, escucho que alguien dice "muchacho", y mi fina perspicacia me hizo darme cuenta que me hablaba a mi, giré mi cabeza para logar mirar quien era, y pude percatarme que era una jovenzuela de aproximadamente unos 20 años, vestía mezclilla azul, blusa blanca, saco de mezclilla, tenis vans blancos, noté que traía algún aparato de sonido, quizás un iPod o algún otro dispositivo reproductor de mp3's, no estoy seguro, portaba también un bolso de esos de xoxo que gustan tanto a las mujeres de su edad, y estoy seguro que no eran de alguna religión en especial intentando llevar a todos "la palabra del Señor", no le dije nada... solo me quedé mirándola esperando a que me dijera para que me había llamado, y guardó silencio, hasta que yo le respondí con un simple "¿si?", lo primero que pensé fue que me iba a preguntar la hora o alguna dirección, o la locación de algún determinado establecimiento, algo así, pero no.

Cual fue mi sorpresa al escuchar de sus no tan carnosos pero digamos "antojables" labios pronunciar la pregunta: ¿puedo darte un abrazo? Yo anonadado, extrañado de tal petición lo primero que pensé fue: "no la culpo, cualquier mujer dentro de ese rango de edad desea un abrazo de tan atractivo hombre". Yo con un temple de seductor le pregunte con mi voz grave tan varonil: "¿y eso?". Ella respondió: "Porque me nace". Y yo pues tan cordialmente le dije: "Sí, claro". Ella me abrazó. Sus acompañantes, una señora de buen ver, y un muchacho tambien joven, solo veían el momento con una sonrisa.

Al termino de ese inocente abrazo, la nena solo me dijo "gracias", estrechó mi mano, y yo continué mi camino.

Llegué al mencionado lugar, tomé un carrito para facilitar el traslado de mis víveres, y procedí a buscar lo que necesitaba, mientras escogía tomatillo verde colocandolos dentro de una bolsa plástica, me percaté que esas personas entraban al lugar, y la señora muy amablemente le pregunto al guardia de la entrada: ¿le puedo dar un abrazo?, el guardia extrañado aceptó. En su camino encontraban a varias personas mas, y cada uno de ellos, les pedía a diferentes personas lo mismo, siempre sonrientes repetían una y otra vez la misma cuestión: ¿le puedo dar un abrazo?

Yo aun sin salir del lugar donde se encuentran las frutas y verduras, me dio curiosidad de lo que estas personas hacían, disimuladamente comencé a seguir sus mismos pasos, y continuaban con la misma actividad.

Solamente noté que dos personas no aceptaron tan simple petición, todas las demás estaban dispuestas a recibir un abrazo de ellos, claro, extrañados pero con gusto recibiendo tan amable gesto.

Siguieron así hasta que los perdí de vista, no continué observando porque mi presencia sería muy obvia. Me quedé pensando toda la tarde en su misión, abrazar a la gente que se encontraban a su paso, sin importar color, raza, edad, sexo, creencia, etc. Me llegó un momento en que el que quise entender el motivo de su actividad, y me sentí bien. Sonreí.

¿Será que los temblores por todo el mundo afectan a ciertas personas y creen que es justo y necesario salvar su alma realizando labor de humanidad y gestos de amabilidad con sus similares? Será el sereno como decía la Chimoltrufia, pero deberíamos hacerlo todos. Somos hermanos y vivimos en un mismo lugar, en una misma casa, pero no, en lugar de eso nos matamos por ganar siempre un lugar de estacionamiento, no regresar una billetera perdida, buscar la manera siempre de joder al prójimo por bien propio. Ojala que nuestros Mayas hayan tenido razón y se acabé este mundo en el 2012, y ojala vuelva a nacer una nueva vida, y OJALA no vuelvan a cometer nuestros mismos PUTOS errores.

Paz hermanos.

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